sábado, 31 de mayo de 2008

La Soledad era inevitable

"Por que los líderes siempre estarán solos al final"

Normalmente estraía tranquilo mientras lo pensaba, pero sentía un tanto de ansiedad tan sólo con repasarlo.

-¿Y si tenía razón?- decía en su mente Rasho al recordar las palabras de aquél hombre con quien había conversado.

Recuperar los reinos era una labor sumemente difícil, pero poder juntar las opiniones, las ideas y las voluntades, especialmente cuando habían tantas personas más con potencial cerca de él; convencerlos deque el ya había pensado detenidamente las cosas sería el mayor reto de su vida.

Tenía que moldear su forma de decir las cosas, saber complementar, buscar el bien y la satisfacción de todos. Realmente era una tarea complicada, especialmente cuando veía las cosas tan claramente, y el simplemente siendo un hombre común, sin nada extraordinario.

Y es que sentía que realmente estaría solo. Sus amigos tenían que crecer y para ello debían estar lejos de él, y es que estaría solo, por que sus ideales eran demasiado exigentes como para que alguién estuviera de su lado en un camino que el recorrería acompañado nada más por Aquél-que-Es. La soledad era un precio que tenía que pagar por ser diferente, por tener ideales complejos.

No podría tener una pareja por que sería demasiado peligroso arriesgarla, aunque claramente tenía que admitir que no parecía haber persona alguna dispuesta a ser su pareja. Él era más un buen amigo, una voz que retumbaba para ayudarlos a escucharse a si mismos, la visión de una igual era un absurdo, la visión de alguién que quisiera a tan torpe persona era simplemente fantástica, una ilusión.

Estaba destinado a estar sólo, por su propia cuenta al final. Sin compañera que lo cuidase durante la vida y con amigos que vendrían e irían según Aquèl-que-Es los mandara para que el pudiera ayudarlos. Tenía la gran tarea de ser herramienta.

Y es ya eran numerosas las veces que el había enfrentado en la soledad las diferentes adversidades.

Primeramente con su familia, la que tenía una maldición a cuestas a su parecer, esta era una lucha que no había terminado. Luego se veía el combate que llevó a cabo con los grupos rebeldes de Gani, una región lejana dentro de los territorios de Agropolis, dónde tuvo que enfrentarse contra todos los rebeldes debido a los diferentes puntos de vista. Después fueron varios encuentros con amigos que necesitaron de su apoyo hasta volver con un grupo de dirigentes para intentar nuevamente el entrenamiento de las tropas rebeldes de Agropolis. Todo lo había enfrentado solo, si con algunas palabras de aliento y personas que debes en cuando estuvieron ahí, sin embargo solo al final.

Todos aquellos proyectos habían fallado. Ninguno había servido. En todas aquellas ocasiones, el había sentido tener la respuesta y nunca lo escucharon ¿por qué tenía ese problema?

Ahora, en la tranquilidad, se ponía a pensar que tal vez lo mejor sería aceptar el hecho de que, hiciera lo que hiciera, jamás podría estar realmente acompañado por un igual: fuese amigo o una pareja.

1 comentario:

Daniel Peraza dijo...

Platico, pienso, expreso y vivo.

Primero que nada, un aplauso por tu excelente redacción. Segundo, y más importante aún, mi reflexión:

Yo también he pensado mucho en la soledad. Es cierto, ¿no? Al final uno nace solo e, invariablemente, muere solo. No me parece una triste verdad, ni por mucho siquiera patética. Al contrario me parece sumamente positiva (en todos los sentidos de la palabra). La soledad es un encuentro con uno mismo. Se trata de aprender a vivir con uno, a tolerarse y a animarse. Compañeros, colegas, camaradas, seguidores, enemigos, lamebotas (sino es que culos, ¡cuidado!) de todo podrás tener en la vida. Pero lo único cierto y constante serán Dios, tus amigos (considérame como uno) y tú mismo. La duda y la flaqueza son parte del camino. ¡Por Dios, si hasta Jesús mismo tuvo miedo y duda!

Nos encontramos ante algo muy humano y necesario. ¿No lo has visto incontables veces en el cine? Aquello que los teóricos llaman “anagnólisis”: el momento en el que el personaje del drama en su punto máximo de decadencia se da cuenta de que la solución radica en él mismo y en nadie más. No es que tu vida sea una película, pero recuerda de dónde sacan su inspiración las cintas: de la vida misma.
El camino es largo tú lo has dicho. Y a veces pasa como dice Juan Salvador Gaviota: “es el precio que se paga por se diferente: te llaman Diablo o te llaman Dios”. Curioso. Buscas a una chica con la cual compartir el camino. ¿Pero realmente estás seguro de este camino? Quizá sea el indicado y lo que pasa es que no lo ves desde la perspectiva correcta, yo que sé. Pero sea como sea las respuestas están en ti y en nadie más.

En fin, no pretendo decirte nada que tú no sepas ya, eso lo tengo presente. Mi intención es solamente animarte, darte calidez y confort. Estás solo, sí, así como Laura y yo. No hay de otra pero, si nuestras vidas se han cruzado y han mantenido el contacto es por algo ¿no crees? A mí me gusta pensar que quizá ahora ya no los vea tanto como en antaño pero que sea como sea en el futuro haremos algo muy grande juntos.

Me gusta pensar en ello.